Una Feria para todos
Las brisas de la 32da Feria del Libro de Camagüey no soplan solamente en el Casino Campestre, pues un amplio programa colateral de actividades se encarga de trasladarla a diversos puntos de la geografía principeña.
Uno de esos encuentros con especial significación fue el ocurrido este sábado en el Hospital Pediátrico Eduardo Agramonte Piña, de esta ciudad, en el que niños, familiares y personal del centro pudieron acceder a algunas de las propuestas literarias en venta e interactuar con escritores locales e invitados.
Evelin Queipo tiene experiencia en el trato con los infantes, por eso fue la elección perfecta para divertirlos y entretenerlos con sus juegos y adivinanzas.
«Sabemos que hay comunidades desfavorecidas, que por su lejanía, difícil acceso, otras complejidades y las dinámicas propias de la Feria les resulta difícil vincularse a nuestra fiesta. En este sitio el público son niños con algún padecimiento, y traerles un momento de alegría, cultura y acercamiento al conocimiento siempre será de vital importancia», expresó.
Otra que rápidamente conectó con los pequeños a través de cantos y lecturas fue la matancera Maylan Álvarez, quien califica de satisfactorio y gratificante retroalimentarse en este tipo de lugares sensibles y especiales.
«Es un honor y un privilegio para mí acompañar a los niños y padres, traerles un poco de alegría, envuelta en la fragancia de un libro, en el placer de compartir lecturas. Nunca vamos a creer que la literatura es para escogidos, entendemos que, cual juglares, debemos llevar a los grandes y pequeños públicos el arte, a través de libros, interpretaciones, música».
A Diusmel Machado le correspondió la responsabilidad de presentarles La Edad de Oro, esa revista del Apóstol que cada cubano debe conocer.
«Es el texto más propicio para un niño, por todas las enseñanzas y moralejas que Martí cuidadosamente presenta, con el objetivo de educar y formar personas cultas, humanistas y de bien. Estas experiencias son hermosas, pues los enfermos encuentran en las páginas de un libro aliento, distracción, conocimiento y ganas de crecer».
Muy agradecida se mostró Yanisbel Álvarez, madre del pequeño paciente José Carlos Rodríguez: «Es una oportunidad maravillosa para acercar a los niños a la lectura, sabemos que no todos tienen la posibilidad de llegar hasta el Casino a comprar libros.
Además es una forma de esparcimiento para los que están aquí, y muchas veces no tienen como jugar o entretenerse por el confinamiento del hospital».
Con el encargo de llevar la Feria a lugares donde es posible encontrar un lector potencial, el programa colateral del evento incluyó durante cada jornada, presentaciones de libros, payasos y trovadores, conferencias y lecturas en escuelas, universidades, comunidades, instituciones, hogares de ancianos y casas para niños sin amparo familiar.
Por Luis Adrián Viamontes Hernández/ Adelante
Foto: José Antonio Cortiñas Friman (OH)