Un verano magistral con la Orquesta Sinfónica de Camagüey
La Orquesta Sinfónica de Camagüey el pasado 19 de julio brindó un concierto en el Teatro Avellaneda como parte de las actividades programadas para el verano. “Magistral” fue el programa que preparó el director de orquesta mexicano Jorge Vázquez junto al Centro Nacional de Música de Concierto de Cuba, para presentar con las Orquestas Sinfónicas de Holguín y Camagüey.
Una de las sorpresas de estas presentaciones fue la presencia en Cuba de la joven violinista de Nueva Zelanda, Amalia Hall. La actual solista regular de diferentes orquestas en su país natal, es ganadora de varios premios en cinco competencias internacionales. El concierto sobresalió por obras de gran virtuosismo técnico y resistencia interpretativa por la densidad y duración del repertorio escogido del siglo XIX.
La obra seleccionada para abrir el concierto fue La Obertura “El cazador Furtivo” (1821) de C. M. von Weber, porque según el maestro Vázquez “tiene la cualidad de mostrar a la orquesta en dos facetas, en su parte virtuosa y su parte más lírica. Tiene sus solos de las trompas y luego es especial para irse descubriendo. Es una buena obra para calentar motores y luego pasar a otra obra de mayor complejidad.”
Le continuó la Sinfonía No.3 Op.55 (1802-1803), Eroica de L.V. Beethoven, la preferida del director invitado de la noche. Esta obra de cuatro movimientos es conocida por su gran extensión, riqueza armónica e intensidad dramática. Uno de los aspectos que Vázquez quiso destacar en su interpretación fue que: “En la tercera, Beethoven rompe las barreras. Hay momentos que se escucha como Bach, como Haydn. En esta obra él rompe con el mensaje, con el ‘porqué’, la idea del héroe por un sentimiento humano, y no por la ambición de poder, es la concepción de ‘heroísmo’ por humanidad. Es entender la realidad como propósito emocional del porqué estamos aquí.”
Esta obra dedicada inicialmente a Napoleón Bonaparte inaugura un nuevo lenguaje en las obras de Beethoven, porque introduce elementos programáticos para otorgar un carácter descriptivo. Los músicos de nuestra orquesta defendieron esos aspectos en sus interpretaciones de una manera magistral con sus pianísimos y el empaste logrado en las trompas y la cuerda de los vientos en general. Vale señalar además, que el toque preciso y sobrio de los tímpanis impregnó un carácter marcial y majestuoso que remontaron a los presentes a los salones decimonónicos.
Para el cierre del concierto, lo más esperada por todos: escuchar por primera vez en un teatro agramontino a una figura internacional como Amalia Hall era un suceso. El concierto para violín y piano en Re Mayor Op. 35 (1878) de P.I. Tchaikovski fue la obra seleccionada para demostrar según Amalia “la capacidad de aguantar todo el concierto, porque es muy largo, es romántico y expresivo. Es muy gratificante porque se siente que estás tocando con la orquesta con frases muy largas, hay momentos de real intimidad musical.”
Ese rasgo se disfrutó sobretodo en el segundo movimiento “Canzonetta”, con el excelente trabajo conjunto entre la solista y la orquesta, donde las melodías se distribuyen entre el violín, el oboe, la flauta y el clarinete, y que se logró debido al excelente trabajo cameral entre esos instrumentos. Asimismo, en el tercer movimiento “Allegro Vivacissimo” la solista demostró su virtuosismo interpretativo y aceleró el tempo de los anteriores ensayos, para convidar a la orquesta a situarse entre las de más alto nivel en la música de concierto mundial, que sin dudas demostraron.
Es de resaltar que el concierto de Tchaikovski fue la obra obligatoria en la final de la Competencia Tchaikovski para músicos jóvenes celebrada en Japón, donde Amalia obtuvo el galardón que le ha despegado su carrera internacional. Y para lectores curiosos, se tuvo que aprender en sólo tres días, ¡porque ella nunca pensó que llegaría a la final!
Trabajar con Amalia y Jorge, dos seres talentosos y bellas personas elevó la calidad musical de la orquesta camagüeyana, porque demostraron que con humildad y ganas de trabajar se pueden lograr resultados muy buenos. Para elevar la calidad de nuestras orquestas del tercer mundo es importante que tengan contacto con personalidades de primer nivel, como aseveró el joven maestro: “Yo prefiero trabajar con orquestas de México, y otros países con pocas posibilidades donde tienen dificultades reales, y sin embargo tienen buenos músicos, porque las grandes orquestas del primer mundo lo tienen todo resuelto y así es muy fácil trabajar.”
Cuba ha sido el inicio de la gira por Latinoamérica que ha concebido Vázquez junto a Amalia, con la que lleva siete años de trabajo ininterrumpido por todo el mundo. Camagüey pudo disfrutar del resultado de esa unión que el joven director describe: “Con sólo mirarla y me pone diferentes expresiones sé si va a acelerar o atrasar el tiempo. Me convierto en el mediador entre la solista y la orquesta, facilito la comunicación entre ambos”. Sin dudas México y Honduras, próximos lugares de la gira, disfrutarán de la magia provocada por la buena música que se logra con un buen director y una gran solista de una forma magistral.
Por Heidy Cepero Recoder /Musicóloga
Foto: Humberto Cid González /Radio Cadena Agramonte