Un día para sonear en Cuba
¿Por qué no existe un día para celebrar el son? Así comenzó el destacado sonero Adalberto Álvarez a sembrar la idea entre los cultores, músicos, especialistas, melómanos y bailadores en general. En sólo meses ya se había proclamado el 8 de mayo como Día del Son cubano.
La fecha escogida permite rendir el homenaje justo por el nacimiento de dos símbolos: Miguel Matamoros (1894) en Santiago de Cuba, y Miguelito Cuní (1917) en Pinar del Río. Ambas provincias extremas son representativas de la práctica y presencia del son a nivel nacional.
El son es el género oriundo de Cuba que por su carácter raigal, y su valor artístico “trasciende en tiempo y espacio como elemento destacado del patrimonio inmaterial de la nación”, como dicta la declaratoria de patrimonio cultural, en el año 2012.
Muchas actividades se están realizando para la celebración. Camagüey ha preparado doce cápsulas audiovisuales producidas por el Centro Provincial de la Música, con la participación de importantes cultores del género en la provincia. Así mismo, dos agrupaciones distintivas que defienden el son en su repertorio, han compuesto los temas para la campaña: la orquesta Maravilla de Florida con Un son para mayo y Andys Daniel Ft. Pedrito e invitados, con Para los soneros mi son.
Este 8 de mayo dedicamos el Día del Son a Enrique “Nené” Álvarez, una figura indispensable de la música cubana, que desde sus tempranos 18 años fue cantante y director del Conjunto Avance Juvenil en la década del ´40, aunque según el investigador Gaspar Marrero “ya existía con el nombre de Conjunto Avance a finales de los años 1930”.
“Nené” Álvarez fue un gran sonero formador de muchos músicos en el amor, el cultivo y el desarrollo del género, comenzando por su hijo Adalberto Álvarez hasta los que lo acompañaron en la emblemática Soneros de Camacho. En esta última orquesta no sólo se destacó como cantante, director y compositor de numerosos sones populares, sino por ampliar la sonoridad del anterior Conjunto Típico Camacho, al incluirle tres trompetas y el piano.
En Camagüey, el son se cultivó en los formatos instrumentales de conjuntos y orquestas fundamentalmente, y en menor medida en septetos. Algunas de ellas fueron El Conjunto Sorpresa, La Sonora Camagüeyana, La Ritmo Moderno, Avance Juvenil, Maravilla de Florida y Soneros de Camacho. Aunque existieron compositores de sones, en su mayoría las orquestas montaban las obras de las orquestas nacionales como Rumbavana, Roberto Faz, Chapotín, entre otras.
Poco antes de morir, todavía Enrique “Nené” Álvarez era el cantante sonero activo más longevo de Cuba. El primero de junio de 2016 celebró sus 90 años de edad con la premier del documental El Embajador del Son, dirigido por Gustavo Pérez. Foto: Still del documental.
Poco antes de morir, todavía Enrique “Nené” Álvarez era el cantante sonero activo más longevo de Cuba. El primero de junio de 2016 celebró sus 90 años de edad con la premier del documental El Embajador del Son, dirigido por Gustavo Pérez. Foto: Still del documental.
Si bien la provincia ha dado figuras importantes que han llevado el son a su máximo esplendor como Adalberto Álvarez, Manolito Simonet, Pancho Terry o Norberto Puentes, no podemos afirmar que se ha desarrollado una estilística nueva o un son diferente al oriental o el de la zona occidental. Sus cultores han bebido de todas las influencias sonoras, y le han impregnado su sello propio, alcanzando un carácter nacional.
Escoger un día para sonear constituye un acto justo y leal, porque el son no es sólo un género musical, un baile, sino una expresión de lo más genuino, auténtico y representativo de la personalidad del cubano.
Por Heidy Cepero Recoder/Musicóloga