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jueves, noviembre 21, 2024

San Juan Camagüeyano: vivito y coleando

Es una foto de archivo, captada el 29 de junio del año pasado durante el simbólico entierro de San Pedro que marca la despedida del San Juan Camagüeyano, la fiesta tradicional más antigua de esta ciudad.

Semejante multitud era imposible de soñar para este mes debido al aislamiento social como medida de prevención de la COVID-19; sin embargo, mirar la imagen también ayuda a reeditar desde lo más íntimo la energía del jolgorio.

El espacio de la virtualidad como alternativa para consumar el festejo ha motivado un diálogo reposado, impensable cuando la barahúnda es el estado natural con que se anda de farra del 24 al 29 de junio.

El debate impulsado desde la red social Facebook con el título La cultura no se detiene, se reinventa, permitió una retroalimentación imprescindible para saber diferenciar lo distintivo de lo fugaz.

Teresa Bustillo, doctora en Ciencias sobre Arte, caracterizó el San Juan Camagüeyano como un espacio cultural, y definió la comunicación como su cualidad esencial.

Participar como elección personal, incluso desde las normas del ecosistema digital, se ha confirmado como un rasgo intrínseco a esta celebración popular que pervive desde el siglo XVIII.

No por gusto, el Portal del Ciudadano del Gobierno Provincial se brindó como puente del foro o suerte de espejo de la voluntad y, según Teresa Bustillo, de la mente abierta para asumir los retos como asideros, nunca como impedimentos.

El estudioso Alfredo Lima afirmó con todo el peso de su saber, que el pueblo mantiene viva esa tradición como cultura de resistencia, al querer festejar una vez al año un sentido del ser camagüeyano.

El especialista en cultura popular tradicional explicó que el primer San Juan se dio alrededor de 1721 o 1728, pero el origen es imposible de encontrar por el anonimato propio de este tipo de eventos de pueblo; tampoco se sabrá nunca quién hizo el primer casabe y quién el primer ajiaco.

Desde la colonización de España pasaron ocho generaciones hasta el surgimiento de la fiesta de monteros y sabaneros, quienes venían a Santa María de Puerto del Príncipe a vender sus vacas y se reunían por La Caridad para celebrar el dinero conquistado.

Este suceso virtual del 2020 quedará como nueva prueba de la capacidad para burlar las adversidades, pues, como enfatizó Alfredo Lima, hubo San Juan Camagüeyano incluso bajo los efectos de la densa nube de polvo del Sahara.

Por Yanetsy León González/ Adelante

Foto: Alejandro Rodríguez Leiva/ Adelante