Rumbatá: 25 años arañando paredes
Quien vive de ilusiones muere de desengaño, sin embargo, para Wilmer Ferrán Jiménez y su agrupación, plantearse un horizonte diferente con la rumba ha fraguado la voluntad de afrontar una desgarrante carrera de resistencia.
En los avatares de estos músicos camagüeyanos, la cineasta Isabel Santos encontró la historia de marginación y de falta de oportunidades al rumbero en Cuba. Por el documental Rumbatá (2019), ella acaba de recibir el Premio Cubadisco.
Como memoria histórica y reflexión profunda, el audiovisual es una joya testimonial. Allí quedaron registrados con toda su luz, tres músicos fallecidos: Reinaldo Betancourt, Nerina Calderón e Irael Alberto López Torres.
Familiares, seguidores, vecinos de cada integrante del grupo y del equipo de realización han agradecido el lauro, a pesar de las implicaciones del audiovisual para el desenvolvimiento posterior de los protagonistas por decir la verdad.
“Después que compras cabeza no puedes cogerle miedo a los ojos. Este documental me ha costado las buenas, las malas y las regulares porque ha habido una mirada unidireccional hacia lo que se plantea”, asegura Wilmer.
Una de esas consecuencias pudiera andar solapada en el tratamiento económico para agrupaciones folclóricas, implementado a raíz de la pandemia.
“Tres integrantes llevan más de un año sin cobrar. Estaban en proceso de contratación, ya aprobados por el Instituto Cubano de la Música cuando llegó la COVID-19”, precisa el productor Reinier Valdés.
El resto del grupo comparte lo que recibe de garantía salarial para ayudar a sus tres compañeros. Este miércoles, en intercambio con el colectivo, Reina García, directora del Centro Provincial de la Música, se comprometió a “revisar” los casos con el Instituto.
Una vieja demanda era tener un lugar donde asentarse. Ya Rumbatá acaricia el proyecto de hogar para el inmueble de la calle Lugareño número 128, donde aún radica el área de atención 23 del Comité Militar Municipal.
Allí mismo, Tamira González Jiménez, Directora Provincial de Cultura, afirmó: “Lo que nos toca es asegurar la creación artística y ayudar a que tengan su sede y convertirla en un espacio sociocultural hacia la comunidad”.
Burocracia aparte, nada ha detenido a esta agrupación que colabora con los niños y jóvenes del proyecto Rumba y Punto, de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey.
Recientemente participó en el rodaje de videos promocionales al joven trovador Pedro Sánchez. Solo estuvo una representación, porque los músicos de Florida no pueden pasar para la ciudad de Camagüey, debido a la COVID.
Este viernes, en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, está previsto el reconocimiento de autoridades de la provincia por el Premio Cubadisco. En junio, también el grupo será privilegiado en la programación de espectáculos online del Centro de la Música.
Ojalá el formalismo de los homenajes no desvirtúe la verdadera atención, como señala Wilmer: “El documental se hizo, pero aún persisten miradas estrechas para con Rumbatá. Lo único que queremos es trabajar, pero si para hacer tu arte tienes que seguir arañando paredes, así es muy difícil lograr la rumba”.
Por Yanetsy León González/ Adelante
Foto: Leandro Pérez Pérez/ Adelante