Roger Blanco de vuelta a la vida social literaria
El poeta y traductor Roger Blanco Morciego (Camagüey, 1976) reaparece en la vida social literaria de esta ciudad, después de años de ausencia, probablemente por su labor como guía de turismo, aunque no haya dejado de escribir.
Este mes fue invitado a dos peñas, la “Mariano Brull” que conduce Elías Permut en la librería Mariana Grajales, y la “Sóngoro cosongo”, del poeta Jesús Zamora y el cantautor Antonio Batista en el centro Ateneo-Vietnam.
En ambas leyó versos de Poemas del leñador, su único libro publicado, premio Rolando Escardó 2005, convocado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Por esa obra también recibió el Premio al Escritor Novel de la Editorial Santiago.
El poemario abrió la Colección Premio de la Editorial Ácana y estrenó la cubierta con cuatricromía, novedoso entonces para el sistema de publicaciones territoriales. Agotado en menos de tres meses, no dispuso de ejemplares para la Feria del Libro correspondiente. He ahí un pretexto para la reedición.
En “Sóngoro cosongo”, Jesús Zamora calificó a Roger de autor mítico, de gran voz poética, con mucho por decir aunque no se le vea quizás por el trabajo profesional o porque no tenga vanidad.
En efecto, compartió con modestia parte de una obra que lo delata como un esteta, hombre de cultura con gracia natural para comunicar con lirismo sentimientos, puntos de vista, conmociones y asombros.
Del ámbito de la traducción, Roger contó de un cuaderno en preparación con poesía de importantes escritores de habla inglesa, más conocidos como narradores, por ejemplo, Edgar Allan Poe y Emily Brontë.
“Traducir poesía es difícil, ni siquiera los versos libres porque hay que cincelar la obra para que quede apetecible”, explicó poco después de referirse al mérito de Ácana cuando logró una serie de autores de habla inglesa, algo para rescatar.
Recordó la sección Versiones y diversiones de la Revista Antenas, espacio allí para las traducciones, pero tampoco se ha editado más esa revista del Centro Provincial del Libro y la Literatura de Camagüey.
“La soledad termina siendo el tiempo más fecundo”, dijo al referirse al período de confinamiento por la pandemia de COVID-19, cuando inició cinco proyectos, entre estos, uno dedicado a historias para niños contadas en décima.
Al cierre de la peña en la “Ateneo-Vietnam”, Roger autografió el segmento donde aparecen sus poemas Ars poética, El bosque, El leñador, Soneto triste, La sombra en el camino y Si pudiera…, del libro Sombras que solo yo veo (Editorial Ácana, 2010), una compilación de 18 poetas camagüeyanos.
Por Yanetsy León González/Adelante
Foto: De la autora