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sábado, noviembre 23, 2024

Raúl González de Cascorro, entre la gloria y el olvido

El 13 de junio de 2022 se cumplió el centenario del nacimiento del camagüeyano Raúl González de Cascorro, quien estuvo entre los escritores cubanos publicados y premiados en concursos nacionales e internacionales, muy conocido por sus obras de teatro, testimonio y cuento, aunque también publicó un libro de poesía.

Desde su temprana niñez tuvo afición por las letras, y ya en la escuela pública No. 42 donde cursó hasta el 4to. grado se destacó por sus composiciones y las colaboraciones en las páginas infantiles de revistas y diarios nacionales.

El contacto que de niño y adolescente tuvo con los campesinos de la zona le permitió conocer de cerca la explotación a que eran sometidos; de ahí surgieron sus primeros personajes y temas, como se refleja en su cuento La Cadena, premio Hernández Catá en 1942.

En 1939 se trasladó a Camagüey para continuar sus estudios hasta graduarse de Contador en 1943, mientras trabaja en las Oficinas de los Ferrocarriles. Es seleccionado como el mejor cancionero dúo de la Cadena Camagüeyana de Radio, a la vez que comienza a estudiar por la enseñanza libre en la Universidad de La Habana hasta graduarse de Doctor en Pedagogía.

Estudiaba Ciencias Comerciales cuando contrajo matrimonio con gran compañera Gema Rodríguez, unión de la que nacerían 8 hijos. Abandonó esta carrera en el último año porque el triunfo de la Revolución en 1959 le abrió nuevos caminos afines a su vocación de escritor y pedagogo.

Desde ese momento continuaría su producción literaria de forma continua: Árboles sin raíces, Una paloma para Graciela, El mejor fruto, etc., a la vez que escribía obras de teatro como Piezas de museo (Premio Uneac en 1969) y El hijo de Arturo Estévez (Premio Uneac, 1974), magnífica obra, en la que aborda la problemática de la provincia en la lucha contra los bandidos.

Durante su quehacer literario cosechó numerosos reconocimientos y ocupó diferentes cargos que el límite de extensión de este trabajo no permite una descripción más amplia, sino sólo resaltar que en 1958 estrenó, en el Colegio Mayor Hispano Americano Nuestra Señora de Guadalupe de la Universidad de Madrid, su obra de teatro Parque Bar en la semana del teatro cubano. En 1963 fue nombrado Jurado de Cuento en el IV Concurso Literario Hispano Americano de Casa de las Américas y en 1964 fue profesor guía del Instituto de Superación Educacional del que fue elegido Vanguardia Nacional.

Por intercambio cultural visitó varios países socialistas como Checoslovaquia, Unión Soviética, Bulgaria y Rumanía, y a Alemania Democrática en viaje de investigación educacional.

En 1976 fue invitado especial a la Plenaria Nacional del Ministerio de Cultura, y en 1978 formó parte del Comité Nacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).

Muchos de sus libros han sido traducidos a otros idiomas. Los más recordados son Cincuentenario, Aquí se habla de combatientes y de bandidos, Jinetes sin cabeza, Despedida para el perro lobo, Emboscada y masacre en Pino 3, Historia de Brigadistas, Piezas de museo. Gente de Playa Girón, La razón de los muertos y muerte del bandido, su último libro que coincidió en su terminación con el súbito fallecimiento el 7 de marzo de 1995.

Fue un magnífico dibujante, aunque ante él se erigió una infranqueable barrera genética: era daltónico.

Es necesario desempolvar la obra de este magnífico escritor. Por la radio se le ha rendido homenaje en ocasiones, y casi nunca por la prensa escrita.

En su memoria la Biblioteca Pública de Cascorro lleva su nombre. Allí se conserva parte de su biblioteca personal, donada por su familia, y a disposición de los lectores.

Por Ricardo Salazar Crespo/Colaborador