Luis Barbería encamina a la música, no a la fama
“El artista que llegue a mí primero tiene que emocionarme. Yo no estoy para matar jugada, porque el nombre está por encima del dinero. El éxito no es la meta, es la consecuencia de lo que tú hagas”, sentenció el cantautor cubano Luis Barbería.
“Por eso siempre pregunto si quieren ser músicos o famosos”, añadió este invitado a la novena jornada de trova Canto Adentro, para intercambiar en Camagüey acerca de su experiencia como compositor y productor musical.
En el Café Literario La Comarca contó de su formación autodidacta en este ámbito, porque es graduado de pintura y dibujo; y aunque no sabe “escribir ni leer música, orquesto, arreglo y todo lo escucho en mi cabeza”.
Dijo asumir la producción como “anestesista, enfermero y cirujano” y descartar las maquetas “porque muchas veces quedan mejor que el disco. El disco queda frío y la música no tiene que quedar correcta sino excepcional”.
“Prefiero ir directamente al disco porque se me ocurren cosas. El papel se equivoca pero la bomba, no. Como se dice en español, las Matemáticas no engañan pero no hablan”, precisó el integrante y fundador de la banda Habana Abierta.
Entre sus reflexiones interpretó algunos de sus temas de la discografía más reciente, como Bolero en blanco y negro, Sangre revuelta y Distancia de luna, de los fonogramas A full (EGREM, 2015) y Fuerza y Luz (Unicornio, 2018)
“Mi generación y las anteriores estaban llenas de canciones que marcaron cosas. Desde hace muchos años para acá, me faltan esas canciones, esa Longina de Manuel Corona, esa Yolanda de Pablo Milanés que son para siempre”, señaló.
Comentó su apoyo a jóvenes talentos como la agrupación Toques del Río, el cienfueguero Rolo Rivera, y se refirió a su intención con varios integrantes del proyecto Trovesías, de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) de Camagüey.
“Cuando entro en ti, soy parte de ti. Muchas cosas no me seducen. El panorama está lleno de canciones fetos. Además, la canción es la que decide cuándo nacer. Tienes que domarla, experimentar todas las variantes de interpretación porque cuando la pones en el escaparate, así se queda”, enfatizó.
“El mundo está lleno de opciones para proyectos diferentes. Cuando Habana Abierta llegó a España en los noventa decíamos que a Cuba llega toda la música, y como en el mar, la mala se va. Ya no puedo decir eso”, recalcó alguien que en el extranjero grabó más de 40 discos a otros músicos.
Explicó su concepción del fonograma de 10 canciones, de “pensar en el recorrido del disco cuando está hecho, y al artista no lo suelto hasta que no esté encaminado, porque es responsabilidad mía”.
Identifica ahora “falta de cofradía. Todo el mundo quiere llegar solo, dar goles. En mi generación andábamos en piquete”, y criticó que “se está utilizando el arte como beneficio propio para llegar a un sitio. Yo entré por pasión”.
Luis Barbería ha dado otros tips de su proyección y de su música en charla con estudiantes del Conservatorio de Música José White y en descarga en el Alberto’s Café, pegado a la guitarra que lo acompaña hace 26 años.
“En dos años de pandemia no hice una directa. Para mí el 50 por ciento es esto, las caras de la gente, el murmullo, el sonido de las copas, la espera en el camerino. Muchas cosas mágicas se te ocurren por el público”, comentó.
“Lo auténtico, lo sincero, lo que hagas porque te gusta a ti va a llegar a corto o largo plazo”, insistió Luis Barbería, encargado del concierto de clausura del Canto Adentro, este 21 de noviembre a las 9:00 p.m. en el Parque Agramonte.
Por Yanetsy León González/ Adelante
Foto: Alejandro Rodríguez Leiva/ Adelante