Lorenzo Lunar: “La cosa está negra”
El domingo por la tarde el cielo tenía el signo de un aguacero. Ha llovido mucho en esta ciudad. El café literario La Comarca olía a humedad. En penumbras, Lorenzo Lunar inició su conferencia con una frase: “La cosa está negra”.
El auditorio estalló en risas porque dentro del repertorio de giros del español en Cuba, esa expresión popular tiene un frecuente uso. Sirve para evaluar circunstancias sobre el presente. Una lectura al pie de la letra encajaba con la oscuridad del lugar sin corriente eléctrica, pero él connota un tipo de escritura.
“Si negra es la maldad y negra es la noche, no es nada raro que una literatura que parta de hechos que tienen que ver con el delito, con el crimen, se etiquete como literatura negra”, explicó.
Por tanto, no existe otro color para hablar de la obra del autor cubano que viajó hasta Camagüey como jurado del XXIX Concurso Nacional Emilio Ballagas. Aquí le publicaron De dos pingüé y otros delitos comunes (Editorial Ácana, 2015)
“Ese tópico de asociar lo negro con lo malo y lo blanco con lo bueno es algo que venimos arrastrando desde hace siglos, se ha ido acentuando en una cultura nacional y universal. No creo que ahora tenga una connotación racial, quizás en sus orígenes la tuvo, pero ha llegado el momento en que también lo negro se va asociando con lo positivo, con lo feliz”, explicó quien despuntó en el llamado neopolicial latinoamericano que empezó hace dos décadas.
Para profundizar en el tema de la conferencia, titulada Latinoamérica en negro, Lorenzo Lunar remitió al surgimiento de la literatura policial con Edgar Allan Poe en Estados Unidos, aunque ambientara los cuentos en París. El primer soporte de publicación fue en un magazine norteamericano de papel gaceta.
“La literatura de crímenes viene a asentarse en estratos altos de una sociedad capitalista. Luego incorpora historias con personajes que no eran de la alta aristocracia, sino de los suburbios. Los pobres empiezan a ser reclutados para los trabajos oscuros. De esa manera va naciendo el crimen organizado y el concepto del sicariato, que tan asentado está en países de Latinoamérica como Colombia, Panamá y Nicaragua”, comentó.
Esa novela negra tenía como escenario grandes ciudades del mundo como Nueva York, Los Ángeles, París y Londres. Luego incorporó otras urbes por su condición de reservorios de migrantes y de ilusiones, como Madrid.
Lorenzo Lunar sostiene que la novela negra es la nueva forma de expresarse que encontró la escritura latinoamericana, después del boom, y que muchos de los autores representativos parten de su experiencia de enfrentamiento armado.
“Vivimos en el continente de las dictaduras militares instauradas en los años ’60. Además, en Latinoamérica hay una lucha para que no se pierda la historia”, añadió antes de relacionar autores que parten de un concepto de clases, como el argentino Raúl Argemí, el colombiano Jorge Franco Ramos y el uruguayo Álvaro Castillo.
Resaltó la labor del hispano mexicano Paco Ignacio Taibo II. Lorenzo Lunar participó en su Semana Negra de Gijón, que ha tejido redes creativas y de promoción.
“España se ha convertido en una potencia de la literatura negra latinoamericana por una necesidad muy lógica, las editoriales en español están en Madrid y en Barcelona”, destacó con cierto pesar porque novelas suyas publicadas hace más de 15 años allá, pero no han visto la luz en Cuba.
Lorenzo Lunar contó con orgullo de su festival nombrado Fantoches, desde la ciudad de Santa Clara. Del 8 al 11 de noviembre se desarrollará la séptima edición. Recibirá al argentino Kike Ferrari, autor de Que de lejos parecen moscas, la novela que Netflix convirtió en la película Moscas, dirigida Aritz Moreno.
“Fantoches sí ha sido un estímulo para la creación”, enfatizó, luego de relacionar el amplio esquema del proyecto de amplia convocatoria, con un concurso de alcance para autores latinoamericanos, que garantiza la publicación por la Editorial Nitro/PRESS.
De los cubanos cultores de la literatura negra elogió a Rebeca Murga, Amir Valle, Obdulio Fenelo e Ian Michel. Ponderó a Leonardo Padura como el escritor cubano más mediático y destacó la labor promocional de Rafael Grillo, específicamente con la antología de cuentos Regreso a la isla en negro (Ed. Hurón Azul, Madrid, 2022)
“Cuba no es un paraíso. La escritura es una consecuencia de la realidad, no es un reflejo. No teníamos por decreto prostitución ni corrupción. En realidad era mentira y se hacía una literatura falseada. El Período Especial provocó el destape. A nosotros nos ha tocado la parte negra, parece que lo estamos haciendo bastante bien”, concluyó.
Por Yanetsy León González/Adelante
Foto: De la autora