La experiencia de Kronikas en ArteCómic
La experiencia de Kronikas y la salvaguarda del patrimonio a través de la historieta ocuparon otra de las sesiones de la XIV edición de Jornadas ArteCómic, enfocada a la oportunidad de esa publicación para la obra de autor.
Haziel Scull, artista visual y director del Museo Vitrina de Valonia de la Oficina del Historiador de La Habana explicó las dinámicas de esta revista especializada de convocatoria mundial.
“El secreto de Kronikas es lograr a partir de una narrativa correcta lograr comunicarle al público la necesidad de salvar el patrimonio y que el edificio sea el protagonista”, afirmó.
Haziel Scull empezó a vincularse a Vitrina de Valonia 12 años atrás como estudiante de un taller sabatino. Luego creció al equipo de profesionales al punto de hoy dirigir la institución con una biblioteca abierta en 2008.
“El primer trabajo del historietista es entender que el público no conoce el autor ni el contexto y hay que buscar de una manera práctica la comunicación”, insistió antes de mencionar la colaboración de artistas rusos, argelinos y belgas.
En la sala de video Nuevo Mundo para un auditorio conformado principalmente por estudiantes de la Academia de las Artes Vicentina de la Torre, dijo: “El cómic tiene una función estética, artística y narratológica en la que cada viñeta tiene un paso concreto. El proceso no es de primera”.
El proyecto Kronikas ha sido liderado por Alexander Izquierdo, invitado habitual de Jornadas ArteCómic, y quien ha sumado a historietistas de Pinar del Río, Matanzas, Sancti Spíritus, Santiago de Cuba y Camagüey.
“Usted a la historieta la quiere y se dedica a ella porque el cómic no se puede querer a medias”, enfatizó Haziel Scull para luego sostener que “el cómic cubano tiene mucho que decir” aunque en su opinión hoy “está en un estado vegetativo”.
Junto al representante de Vitrina de Valonia estaban Eddislén Escobar y Laura González, autores de Areté, historieta dedicada a La Casona de Línea, publicada en Kronikas 6 L’inventaire Imaginaire, el número sobre Art Nouveau.
Laura González, realizadora audiovisual y guionista confirmó que “Kronikas tiene pautas bien claras. La primera es la protección del patrimonio, no solo físico sino intangible. El dibujante tiene mucha libertad creativa con su propio estilo. Puedes inventarte personajes o usar uno real”.
Recordó otra historieta dedicada al inmueble donde radica la Universidad de las Artes ISA. Ambos estudiaron allí: “Había que transmitir la historia de quienes habitamos allí donde se siente como un lugar mágico”.
La obra excedía las páginas encargadas: “Lo más difícil es quitar”. En esos casos, como realizadora audiovisual, en específico editora, ella ve el movimiento y a la hora de decidir qué imagen fija se queda deja el fallo a Eddislén Escobar.
Él imparte el taller de narrativa gráfica e ilustración de la “Vicentina”, su escuela anterior al ISA, aclara siempre: “El historietista no tiene que ser un buen dibujante, sino un buen narrador”.
Comentó que el proceso lleva meses de trabajo porque “no se pueden saltar procesos y nunca quedarse con una idea. Una misma página, una misma imagen se boceta muchas veces”.
Para Eddislén Escobar fue medular conocer al maestro Orestes Suárez: “Es una escuela. Cuando venimos de una formación académica tendemos a minimizar el cómic. Conocí a Orestes y después fui a Vitrina. Cuando vi los originales de Orestes dije esto es lo que quiero hacer. Me marcó la vida”.
Ambos, Laura y Eddislén, ganaron el Primer Lugar del concurso de historietas de las Jornadas de ArteCómic 2019 por la obra El vino servido, versión del cuento homónimo de Michel Encinosa.
Por Yanetsy León González/Adelante
Foto: SC Producciones