El 20 de octubre culminará la Jornada por la Cultura Cubana. Sucede al institucionalizarse la celebración con la referencia de ese día de 1868, cuando se escuchó por primera vez la letra de La Bayamesa, luego Himno Nacional.

Desde el 10 de este mes, la programación cultural se ha desbordado fundamentalmente en las plataformas digitales, por la compleja situación epidemiológica debido a la COVID-19 en Camagüey.

La generación institucional de contenidos ha ganado muchísimo desde el 2020. Se debe a una mayor comprensión del valor de ganar espacios y audiencias en el ecosistema digital. De ahí la búsqueda de asesoramiento y la sumatoria de especialistas en comunicación.

A las puertas de una mayor reapertura de espacios urge reflexionar acerca de la virtualidad y lo presencial, de cómo se cuenta la cultura, y cómo se genera hoy un discurso efectivo sobre ella.

La cultura cubana, como bien se insiste, no es privativa de artistas y organizaciones; sino patrimonio de un pueblo con capacidad de resistencia, de sacrificios, de patriotismo y de progresos sin olvidos.

Sería oportuno un autoexamen de lo hecho, del verdadero alcance de las publicaciones. Precisamente, en la organización social del sentido se identifica el mayor desafío institucional: ¿Qué hacer para que el interés público sea del interés del público contemporáneo? Tienen la palabra.

Por Yanetsy León González/ Adelante

Imagen: cortesía del evento