Gregorio, un escultor vinculado a la restauración del patrimonio camagüeyano
Gregorio Pérez es un escultor camagüeyano que se confiesa obsesionado con los volúmenes y las formas. Este artista, con incontables exposiciones y conferencias impartidas dentro y fuera de Cuba, dio sus primeros pasos en la escultura inspirado en los conceptos del movimiento surrealista y la obra de Salvador Dalí y Joan Miró, fundamentalmente.
“Me interesa mucho el volumen porque es una forma de trabajar tres dimensiones: alto, ancho y profundidad. Me gusta abordar estos conceptos en distintos materiales como el mármol, la madera y el bronce, porque es innumerable la cantidad de expresiones que se pueden lograr en ellos para crear contrastes de luces y sombras y darles mayor énfasis a las piezas dentro de la composición”.
Su obra ha encontrado puntos de contacto con la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, por lo que es uno de los artistas más vinculados a las acciones de restauración en el Cementerio General de Camagüey.
“El trabajo de la Oficina tiene que ver mucho con los escultores porque se trabaja el volumen real, a alto, medio y bajo relieve; también el hueco relieve -que son las superficies hacia adentro. Todo esto aplicado a la restauración para devolverles la vida a esas obras que parecen perdidas. La Oficina, además, nos ha permitido superarnos porque hemos aprendido a trabajar con sustancias para limpiar y devolver a su característica original a piezas en materiales como el mármol”.
En el camposanto camagüeyano abundan las esculturas en mármol de carrara; muchas de ellas con alrededor de un siglo de antigüedad, motivo por el cual devolverles su esplendor no resulta tarea fácil. Sin embargo, Gregorio asume el reto con responsabilidad y dedicación.
“Hay una obra que vamos a tratar de intervenir. Se conoce como la Rubirosa. Está tallada en mármol y es muy sensual, con un equilibrio y una tranquilidad que la convierten en una obra muy interesante. También seguiremos trabajando en las bóvedas de familias”.
Gregorio no se cansa de crear, de expresar su arte mediante distintos materiales. Tampoco ceja en el empeño de utilizar su talento en función de la noble tarea de restaurar el patrimonio, ese que, como buen camagüeyano, también siente que le pertenece.
Por Alejandro García Gutiérrez/Sitio web de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey.
Foto: Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey