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jueves, noviembre 21, 2024

Festejan Día de la Cultura Cubana con colección de cerámicas en Camagüey

Camagüey– Alrededor de una veintena de obras contiene la colección de cerámicas Patrimonio y arquitectura del Camagüey, que el artesano-artista agramontino Ramón Guerra López pone a disposición de lugareños y visitantes en la Casona del Artesano, en la calle Padre Valencia en la añeja villa de Santa María del Puerto del Príncipe.

El proyecto -con valor artístico y utilitario- que pondera elementos arquitectónicos, históricos, artísticos y simbólicos de la urbe, se incluye entre las propuestas de ese taller de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA), en el contexto del Día de la Cultura Cubana que se festeja en todo el país el 20 de octubre; un merecido homenaje a la identidad nacional.

En la colección se recrean edificaciones emblemáticas de una de las ciudades más antiguas de las existentes en América, cuyo centro histórico de Camagüey, a unos 570 kilómetros al este de La Habana, es Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Entre las obras moldeadas en barro destaca la Iglesia-convento de San Juan de Dios, un conjunto arquitectónico colonial del Siglo XVIII, donde reposaron los restos del Mayor General de la Guerra de Independencia de Cuba, Ignacio Agramonte Loynaz (1841-1873).

En ese sitio, el 12 de mayo de 1873, fue expuesto por las autoridades militares españolas, el cadáver del prócer camagüeyano.

Enriquecen el proyecto elementos de casonas coloniales de esta comarca de pastores y sombreros, como dijera sobre Camagüey el Poeta Nacional, Nicolás Guillén.

En la propuesta cerámica distinguen tinajones camagüeyanos, símbolo que diferencia a la también conocida como Ciudad de las Iglesias de otras urbes de la ínsula, entre ellas el Templo y Hospital de San Juan de Dios, 1728, uno de los conjuntos arquitectónicos más importantes de la villa.

Igualmente están recreadas diferentes torres de iglesias centenarias, estrechas calles, callejones, techos de bóvedas de cañón y plazas y plazoletas, al igual que el porrón cubano de barro que durante la zafra azucarera utilizan los macheteros para mantener el agua fresca.

La peculiar vasija era muy común asimismo y de mucha utilidad en casas de campo de la Cuba de tiempos pasados y constituía un aleado inseparable de los cortadores de caña. Antes de utilizarse se debía mantenerse por varias horas sumergido en agua para que el barro fraguara.

Tomado del blog camaguebaxcuba del periodista Lázaro David Najarro Pujol