Saben que hacen arte de lo efímero, arte condenado a la muerte, pero no les importa cada entierro en el último instante de una función. Son teatristas y a ellos les basta esa voluntad de asumirse una y otra vez en medio de la nada para prender la llama de la vida con las máscaras de cada personaje.

“Somos los que usamos la luz del arte para hacer frente a la oscuridad de la ignorancia y el extremismo”, destaca la actriz egipcia Samiha Ayoub en su mensaje por el Día Mundial del Teatro 2023, un discurso que parte de lamentar los efectos devastadores de conflictos, guerras y catástrofes naturales y por ende, la tensión, la inseguridad, la falta de humanidad en el mundo actual.

¿Qué hace, entonces, persistir a dramaturgos, directores, actores, escenógrafos, poetas, músicos, coreógrafos y técnicos? Nos lo dijo hace poco, a su manera y desde su campo el teatrólogo cubano Eberto García Abreu: “El teatro gravita en la instancia de la memoria, y la memoria se transforma”.

Mucho después del traumático paso por la pandemia de COVID-19, tan solo en un año, ha cambiado tanto el panorama para este arte escénico en Camagüey, lo digo si contamos desde el 27 de marzo del 2022, cuando entre las maneras de celebrar ese día reabrió la sala alternativa del grupo Teatro del Espacio Interior, de Mario Junquera; sala de la que se espera, como de todos los teatros, programación sistemática, estable.

Tuvimos teatro suizo con la compañía Apsara. Teatro brasileño recomendado por Casa de las América con el grupo Compañía del Latón. Mucho teatro cubano. Del Camagüey sabemos que la actriz Reina Ayala celebrará los 50 años de artística este 2023 con el protagónico del Romeo y Julieta al estilo de Teatro del Viento. Además, el Guiñol trabaja en El príncipe y el mar. Desaparecen agrupaciones, pero esta compañía sigue en pie con el refuerzo de Teatro de Luz (con director y todo, Jesús Rueda). Su equipo del proyecto callejero de maniquíes en la sala tradicional garantiza Juego de sombras.

Teatro del Viento, el grupo de aquí con mayor respaldo popular, luego de estrenar Huevos prácticamente cayó en desgracia por la salida del país de gran parte del elenco, debido a la estampida migratoria nacional. En el intento por recuperarse, sin cerrar las puertas de la sede y aún sin terminar la reparación del inmueble, Freddys Núñez convocó a audiciones, sumó incluso a quienes no habían cursado estudios de actuación ni tuvieran evaluación artística. Así se encamina con un curso de formación de actores y al calor del ensayo.

Hay añoranza en los teatristas y en los públicos desde la noticia acerca de la imposibilidad de hacer el Festival Nacional de Teatro en Camagüey cuando tocaba a finales de 2022.

Un evento de esa convocatoria transforma siempre la ciudad. Se respiran las ganas de aprovecharlo todo. Para hacerlo posible muchas personas no duermen, me refiero a los anónimos trabajadores de las salas que se encargan de dejar todo limpio, todo listo para el ensayo siguiente, para la función del día de mañana. Como periodista disfruto mucho vivir al límite, anotar detalles, escribir de prisa, contar lo que pasa.

Sigue en boga la polémica en torno a la permanencia del evento, criterios publicados en las redes y defendidos en el centro mismo de la jornada Ciudad Teatral.Esa jornada fue la alternativa con el objetivo de traer a la urbe los espectáculos seleccionados para aquel evento, su esquema responde a una programación extendida desde enero hasta junio del 2023.

Por Ciudad Teatral reímos con el espectáculo de Kike Quiñones junto a la Orquesta Sinfónica de Camagüey. Tuvimos en enero la comunidad creativa Nave Oficio de Isla, liderada por Osvaldo Doimeadiós, actor icónico de Teatro El Público, fundado por el maestro Carlos Díaz, a quien aplaudimos este marzo.

Si de relacionar personalidades se trata, por esa invitación del Consejo Nacional de las Artes Escénicas compartimos con los premios nacionales de teatro Verónica Lynn, Gerardo Fulleda, Dagoberto Gaínza, Corina Mestre y Carlos Díaz. Desde aquí se hizo público el nombre del galardonado este año: el actor Aramís Delgado. Fuera del programa trajimos a Ramón Silverio con su Mejunje.

Sin lugar a dudas debemos agradecer muchísimo por tanto estímulo a la espiritualidad, a querer Cuba y ayudar a edificarla juntos. Un asomo a las obras descarta la mera intención gubernamental de pan ni circo en medio de la precariedad de un país que saca cuentas para garantizar servicios básicos.

Desde enero del 2023, por muy sosegados que parezcan esos tres días de funciones la última semana de cada mes, los camagüeyanos seguimos siendo anfitriones de excelentes grupos, de buenas obras. De ese privilegio no disponen otras urbes de Cuba. Por eso hoy, Día Mundial del Teatro, elogiamos a cada persona, anónima o pública, por seguir alimentando nuestro sano orgullo de Camagüey como la mejor plaza.

Por Yanetsy León González/Adelante

Foto: Tomada del perfil en Facebook