Fátima Patterson, actriz que cuenta
“Lo importante es el recorrido que hemos hecho, cuánto hemos podido generar, cuánto hemos cambiado”, dijo Fátima Patterson, Premio Nacional de Teatro, en la Academia de las Artes Vicentina de la Torre.
Llegó invitada a la octava bienal de narración oral Cuenta Cuentos, que organiza el Proyecto Sociocultural eJo, enfocado en esta edición a celebrar a la directora de Estudio Teatral Macubá, de Santiago de Cuba.
“Me niego a nombrarme narradora oral. Yo soy una actriz que cuenta. Narrar es muy complicado. Me atrevo a decir que para ser un excelente narrador se debe tener las condiciones de un buen actor”, enfatizó.
Fátima comentó de sus inicios en la escuela de formación de actores del Instituto Cubano de Radio y Televisión (Icrt), de la pasión por la radio y de apariciones en el cine en los filmes Ciudad en rojo, de Rebeca Chávez, y Crematorio más allá del bien y del mar, de Juan Carlos Cremata.
“Había una zona de mí que quedaba ansiosa, vacía”, enfatizó al contar su rumbo al teatro, luego de siete años en el Icrt, decisión en la que influyó su relación con personas de la escena como Pedro Castro, Raúl Pomares y Rogelio Meneses.
“El teatro es una de las disciplinas que avizora. El teatro mejora a los seres humanos”, insistió poco antes de asegurar: “Me convertí en directora por una necesidad de expresión”.
Respondió a la curiosidad en cuanto a las características de su grupo, conformado en su mayoría por mujeres; por los contenidos, los métodos de trabajo y las obras indiscutiblemente únicas en Cuba.
“Me interesan todos los temas que tengan que ver con la exclusión de alguien o de algo. Un sentido de justicia me hace ser defensora de esas causas”, comentó esta señora de 71 años, exigente del máximo rendimiento en escena.
Fátima defiende la cultura popular tradicional porque es una cultura de liberación. Su obra suma formas de la religiosidad popular como el vudú, una práctica que sitúa en igualdad de condiciones a hombres y mujeres.
“Vemos y vivimos en comunidades diversas, que tienen problemáticas. Hay zonas de la cultura que no son tocadas, hay prejuicios; la racialidad está presente. Las mujeres, aunque hemos ganado muchas cosas, todavía estamos en desventaja”, señaló.
Ante la solicitud de consejos instó a “Trabajar, trabajar, trabajar; y cuando te canses, a trabajar. No se puede ceder, y si se toca a la Patria, hay que saltar. El arte es político, lo que no puedes utilizarlo para hacer politiquería”.
Luego recomendó “no ser honestos ni consecuentes en el escenario con la mentira. El teatro es un acto de vida. Nuestro cuerpo y nuestra mente dicen la verdad”, y siguió rotunda con otra expresión: “Una mala persona no puede ser un buen actor”.
En la “Vicentina” promovió su libro Repiques para diez obras (Ediciones Alarcos, 2022), y apreció el fragmento de Siempre se olvida algo, del dramaturgo Virgilio Piñera, interpretado por estudiantes de tercer año de Actuación.
Otro homenaje a Fátima Patterson tendrá lugar este jueves, a partir de las 9:30 p.m. en la Casa de Cultura Ignacio Agramonte, sede hasta el 18 de junio de acciones vespertinas y nocturnas de la bienal Cuenta Cuentos.
Por Yanetsy León González/ Adelante
Foto: Alejandro Rodríguez Leiva/ Adelante