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jueves, noviembre 21, 2024

Esteban Borrero Echeverría

Esteban Borrero, profesor, médico y poeta, es uno de los grandes intelectuales de la historia de Cuba; su pensamiento y acción constituyeron valiosas ofrendas en beneficio de la Patria.

Suelen ser los aniversarios cerrados oportunidades para significar los contornos más sobresalientes de un suceso histórico o una personalidad, como ocurre en el caso de Esteban Borrero Echeverría, nacido en Camagüey el 26 de junio de 1849, dieciséis décadas atrás.

Una marcada impronta dejarían en esta personalidad camagüeyana la familia y el contexto histórico en que nació.  Su padre, Esteban de Jesús, fue un poeta destacado y también un simpatizante de la libertad de su patria, razón por la cual las autoridades del colonialismo español lo acusan de separatista.  Así, tuvo que emigrar y dejar en una situación incómoda a la familia.

Ante el panorama sombrío, la madre de Esteban Borrero, nombrada Ana María, se dedica a la enseñanza para escapar de las penurias.  En esta empresa, el hijo no deja sola a su mamá, y da sus primeros pasos en torno al magisterio.

Con catorce años, Borrero Echeverría es ayudante en la Comandancia de Ingenieros de Puerto Príncipe.  Por su buen desempeño, se hace acreedor de una beca para estudiar Ingeniería en Madrid.  Sin embargo, su mal estado de salud, por el momento, le impide el acceso a una carrera universitaria.  No obstante, funda una escuela nocturna para adultos a la que asisten personas blancas y negras.  Ello constituye un elemento que permite comprender cómo tempranamente se vislumbra en Esteban Borrero su inclinación hacia la libertad humana.

Con los fundamentos anteriormente señalados, Esteban Borrero Echeverría no tarda en incorporarse a la gesta independentista iniciada en 1868.  En unión de su progenitora, quien le acompaña en la manigua redentora, crea dos escuelas para la superación de los insurrectos.  En estos trajines, es secundado por discípulos suyos incorporados a la Guerra de los Diez Años.

En la contienda que comenzó Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868, Borrero paulatinamente se fue destacando.  Sus heridas en combate avalaron su ascenso al grado de Comandante del Ejército Libertador.

«Fui soldado de convicción patriótica» —manifestó por aquel entonces. Pero enfermó, cayó prisionero y lo confinaron a su ciudad natal. Las autoridades españolas prohíben que Borrero ejerza como maestro y deciden enviarlo a la Isla de Pino. Mas, Esteban logra quedarse en La Habana. Aquí comienza otra importante etapa de su vida.

Su vocación por la medicina hace que se convierta en licenciado en esta rama del saber, así como en cirujano. Por sus méritos, obtiene una plaza de médico municipal en Puente Grande, donde pasó a residir con su esposa Consuelo Piedra Agüero.

Entretanto, al concluir la Guerra Grande en 1878, se devela como poeta, herencia de su padre.

Debe subrayarse que, a pesar de su buena reputación como galeno, Borrero quiere más la libertad de su patria. Así, aunque no se pudo incorporar físicamente a la guerra preparada por José Martí, parte a la Florida como exiliado y desde allí continúa aportando a la independencia de Cuba.

En el destierro, su familia contribuye a la causa independentista cosiendo ropa para los mambises y recopilando fondos para la Revolución del `95, al tiempo que Esteban Borrego revalidó su título de médico, ejerció como maestro y tributó a la causa de la libertad de Cuba.

Sin embargo, la desgracia rondaba a Borrero y los suyos: a la pérdida de sus hermanos Manuel y Elena, antes del levantamiento del 24 de Febrero, su sumó el fallecimiento de su hija menor nombrada Juana. Es cuando el dolor llega a abrumarlo.

Su poesía «De lo más íntimo», da fe de sus convicciones. En ella consta este verso: «Y hasta el fin seguiré/ no se vuelve al deber la espalda/ Cuando ya se ha empeñado la lucha/ hasta el fin se aguarda».

Esteban Borrero Echeverría es nombrado delegado extraordinario de la República de Cuba en Armas en Costa Rica y El Salvador, y ministro del Gobierno Revolucionario en Centroamérica. Simultáneamente, es catedrático en San José de Costa Rica.

Después de finalizada la guerra, en 1899 ve la luz su libro «Lecturas de Pascuas» y luego publica otros trabajos de marcada valía ética. Con la emergencia de la Neocolonia, divulga «El ciervo encantado», en el que se asoma a Cuba amenazada por el imperialismo yanqui.

Además, junto a Enrique José Varona, Esteban Borrero se enfrasca en el mejoramiento de la enseñanza pública.  A la sazón, logra su libro «El amigo de los niños», que durante mucho tiempo fue texto de lectura de la Enseñanza Primaria. Allí, escribió: «Es necesario educar instruyendo. En otras palabras, es necesario despertar, fomentar y dirigir por modo simultáneo las capacidades intelectuales, y las que arrancan de la sensibilidad moral».

Esteban Borrero Echeverría alcanzó la condición de profesor en la Escuela de Pedagogía de la Universidad de La Habana, destacándose como docente de nivel superior.

Pero ya en el ocaso de su vida, dos años antes de su setenta cumpleaños, decidió privarse de la vida.

Sin embargo, por derecho propio, por ser un sobresaliente patriota y educador, médico y poeta, Esteban Borrero Echeverría se encuentra en la lista de los mejores hijos de Cuba.

Artículo: Esteban Borrero Echeverría: patriota educador, médico y poeta, Autor: Noel Manzanares Blanco / Tomado de www.ohcamaguey.co.cu