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jueves, noviembre 21, 2024

En casa, trazos y herramientas de Enrique Milanés

Después de cinco años de ausencia, Enrique Milanés regresó a su tierra natal con un regalo especial, su libro Trazos Venezolanos, una suerte de bitácora en la que guardó 47 fragmentos de su relación con la patria de Bolívar.

El destacado periodista eligió los salones del periódico Adelante para presentar su último “hijo de papel” por ser ese el lugar donde adquirió “muchas de las herramientas que uso en este oficio”. Hasta el primer periódico fundado por la Revolución le acompañaron Ricardo Ronquillo, presidente nacional de la Unión de Periodistas de Cuba, quien lo animara a recopilar sus crónicas para una publicación y Yasel Toledo, vicepresidente nacional de la Asociación Hermanos Saíz.

Ceremonia es una palabra muy rígida para catalogar el encuentro, pues en una sala llena de amigos “de los años” y jóvenes que crecimos admirando de cerca su trabajo, el autor sintió la más cariñosa bienvenida a su persona y sus letras más frescas. El protocolo lo asumió con mucho placer el destacado colega y compadre de tertulias Adolfo Silva, quien destacó el valor de Trazos Venezolanos como una mirada integradora y sensible a lugares comunes en los que Enrique descubrió los matices ocultos.

Según Silva, estas 47 crónicas nos llevan por los parajes más increíbles de la rica geografía venezolana y nos cuentan esa “vida propia de las cosas”, de la que hablaba Melquiades en Cien Años de Soledad. También encontramos pasajes históricos que nos acercan más a las esencias de grandes hombres y mujeres de nuestra historia continental como Simón Bolívar, Manuelita Sáenz, José Martí, Fidel Castro o Hugo Chávez.

En su diálogo familiar con los presentes, Milanés relató cómo había convencido a sus editores del periódico Juventud Rebelde de, además de realizar las coberturas de rigor a las misiones médicas y sociales cubanas en la hermana República, enviar estos textos. “Venezuela conmueve por su grandeza y no pude evitar escribir sobre todo lo que me tocaba la sensibilidad. Mis crónicas son una limpieza interior, una necesidad espiritual más allá de lo profesional”, confesó.

Gracias a esos exorcismos convertidos en letras hoy contamos con Trazos Venezolanos, un libro que, además de encantar al lector, es una referencia para quienes desde las academias buscan herramientas para hacer un mejor periodismo en Cuba, reconoció Ronquillo al cierre de la presentación.

Por Félix Anazco Ramos/ Adelante

Foto: Alejandro Rodríguez Leiva / Adelante