De príncipes, reyes, reinas y castillos nos habla El Príncipe y el Mar de la compañía Teatro Guiñol de Camagüey, un regalo para las familias agramontinas que inspira fantasías y revive los tiempos de la infancia.

La puesta, que cuenta con la guía certera del maestro Jesús Vidal Rueda Infante y texto de Eddy Díaz-Souza, es un torbellino de ilusiones palpables que se apoyan en recursos como marionetas, sombras chinescas y el performance para introducir al público en el mundo de Marianito y su familia.

El Príncipe y el Mar es más que un cuento para niños; es la historia de unos padres que luchan contra sus propios miedos al tener un pequeño con dificultades de salud; es la historia de esos que buscan la magia de las pequeñas cosas para hacerlos felices y arrancarles sonrisas, aunque para ello deban crean un mundo imaginario.

La magistral actuación, así como la excelente selección de la música y los efectos, permiten a esta obra presentarles a los niños temas serios de una manera sutil, entretenida y de fácil comprensión.

¿Llegaría Mariano, el Príncipe -interpretado por la joven Lianet Zaldúa Domínguez- a cumplir su sueño de ver el mar? Es esa una interrogante que se resuelve desde la reflexión de cada espectador en las plateas del Guiñol de Camagüey que el 15 de febrero de este año arribó al aniversario 61 de su creación.

La muestra se mantendrá en las carteleras hasta el mes de agosto como un presente veraniego en los horarios de cinco de la tarde los viernes y sábados, y a partir de las diez de la mañana los domingos.

Texto y foto: Idaylén Rodríguez Rodríguez/Radio Cadena Agramonte