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jueves, noviembre 21, 2024

El dulce torbellino de manos-libros

La feria del libro Viejos amigos surgió en abril del 2019 vestida de generosas imágenes, entre estas, el primoroso retrato al óleo como sólo sabía trazar con la palabra el entrañable periodista José Aurelio Paz: “un torbellino de manos-libros se ha levantado”. Cuatro años después cambió el concepto, sin perder la esencia vindicadora de la literatura.

Del 10 al 13 de agosto tendrá lugar en el Casino Campestre este evento del Centro Provincial del Libro y la Literatura (CPLL) Enrique José Varona, con un horario de venta desde las 9:00 a.m. hasta las 5:00 p.m., aderezada con una animación cultural con artistas escénicos, músicos y repentistas para acompañar a escritores, promotores y lectores.

“Viejos amigos surgió con aquellos libros que estaban llenos de polvo, amarillos, de lento movimiento. Hoy ya no existen en Camagüey libros de ese tipo. Mantiene el mismo nombre porque los libros son nuestros viejos amigos pero cambia de concepto”, explicó a Adelante Yunielkis Naranjo Guerra, director del CPLL.

Entre los títulos ponderados destacan principalmente de los Premios Calendario y de la Colección Pórtico entre otros de la Editorial Ácana, porque la feria coincide con toda intención con la Cruzada literaria. “Es un regalo del Centro del Libro a la Asociación Hermanos Saíz”, insistió Naranjo Guerra.

Esta feria enfocó la gestión comercial a partir del respaldo de un sentido efectivo de la promoción cultural, porque un recorrido por las librerías de la provincia en el 2019 arrojó la existencia de ejemplares que representaban más de 70 mil pesos. De ahí la estrategia para devolverlos atractivos a los ojos de lectores potenciales.

Quienes participaron en la primera edición de Viejos amigos, entre el 26 y 28 de abril en el Café Literario La Comarca, aseguran que nadie se fue sin un ejemplar salvado debajo del brazo, así como reconfortado por el intercambio con autores y artistas en general, que siempre aglutina la institución convocante.

Dedicamos pues, el recuerdo a los primeros entusiastas de la feria Viejos amigos, intelectuales queridos como la historiadora Elda Cento Gómez o el propio José Aurelio Paz, Premio Nacional de Periodismo José Martí, quienes físicamente ya no están.

A propósito de las buenas vibras generadas por esa iniciativa de recuperar el alma de aquellos ejemplares tenidos a menos en anaqueles polvorientos, José Aurelio Paz publicó el texto No culpemos la culpa, en la edición especial del boletín Alero, donde enfatizó: “No culpemos a la culpa. Siempre hay un segundo vuelo si el ingenio y el sueño copulan, como ha ocurrido en esta feria de libros raros y viejos, en que un torbellino de manos-libros se ha levantado, en esa magia inexplicable con que la literatura, como la misma naturaleza, coloca colibríes en nuestros oídos y mieles en los labios”.

Por Yanetsy León González/Adelante