Más allá de celebrar la fundación de la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe, con la recién concluida Semana de la Cultura lo que festejamos fue el surgimiento de una tradición, la esencia del ser camagüeyanos. Pero ¿realmente entendemos la cultura como algo que nos trasciende, al tiempo que nosotros la hacemos trascender con nuestra idiosincrasia?

De la cultura se trabajan disímiles conceptos y generalmente se asocia al arte y sus manifestaciones; sin embargo, la cultura es algo más que el nombre: es lo que somos, lo que hacemos y lo que defendemos.

Modo de vida, ceremonias, arte, invenciones, tecnología, sistema de valores, derechos fundamentales del ser humano, tradiciones y creencias; manera a través de la cual se expresa el hombre, toma conciencia de sí mismo, cuestiona sus realizaciones, busca nuevos significados y crea obras que lo trasciende: eso es la cultura, y para nosotros, nos supera.

La cultura camagüeyana es una mezcla, una fusión, un coger de muchos para dar surgimiento a lo propio, a lo singular. Negros africanos, españoles e indígenas nos corren por las venas con esencia de criollo, por eso nuestra identidad cultural es el resultado de un proceso de transculturación.

Pero digo más: desde la propia raíz de la palabra se determinan nuestras raíces culturales, pues con la misma historia del vocablo se dibujan nuestras costumbres.

Baste recordar que el término cultura proviene del latín cultus, que a su vez deriva de la voz colere, que significa cuidado del campo o del ganado. Hacia el siglo XIII, el término se empleaba para designar una parcela cultivada, y tres siglos más tarde había cambiado su sentido como estado de una cosa, al de la acción: el cultivo de la tierra o el cuidado del ganado, aproximadamente en el sentido en que se emplea en el español de nuestros días en vocablos como agricultura, apicultura, piscicultura y otros. Luego, por la mitad del siglo XVI, el término adquiere una connotación metafórica, como el cultivo de cualquier facultad.

Entonces, cómo no sentirlo como parte de nuestras formas de ser y de hacer. No es casualidad: Camagüey, pueblo eminentemente ganadero, agricultor y fiel exponente de la cultura agropecuaria en Cuba, está destinado, necesariamente, a defender su cultura como nombre y esencia de su tradición.

Por Gelsy Rivero Rodríguez/Radio Cadena Agramonte

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