Beat cubano de la música electrónica
La jornada de música electrónica Beat 32 retoma su carácter presencial con una edición que confirma la importancia del evento organizado por la filial de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en esta ciudad.
Cerca de una quincena de discjockeys (Djs) de las provincias de Holguín, Mayabeque, La Habana, Cienfuegos y Camagüey confluyeron en las diferentes opciones del programa concebido para disfrutar y dialogar.
Puede considerarse una propuesta sencilla, debido a las limitaciones actuales en el territorio, por el impacto en la vida económica y social de la pandemia de COVID-19, aunque experiencias anteriores deberían retomarse.
El año pasado, por ejemplo, los organizadores hicieron virtual el Beat 32. En redes sociales compartieron los videos de los invitados, y de los anfitriones publicaron las sesiones grabadas en azoteas de edificios patrimoniales.
No obstante, la oportunidad del intercambio cercano en un espacio físico resultó especialmente estimulante para los jóvenes que por estos días hicieron estancia en la Casa del Joven Creador.
El espacio teórico se mantiene como un momento necesario en la estructura del evento, para actualizar en cuanto a las experimentaciones de los participantes, con búsquedas cada vez más halagüeñas.
A diferencia de otros años, en que la polémica iba hacia la comprensión de los productores, ahora la ocupación enfila al logro de la identidad cubana en el ámbito de la música electrónica, también favorable al acceso al mercado.
La búsqueda a conciencia ha llevado al holguinero Artemio Viguera “Dj Arte”, a una proyección antropológica y de conexión con la naturaleza al emplear el sonido del agua, de las conchas y otros elementos como la réplica del mayouacán, un instrumento taíno modelado por él mismo porque es artesano.
Aquí comentó del proyecto Al Sur, conformado con una vocalista durante el confinamiento, para hacer música relajante y ofrecer otra imagen del Dj diferente a la estereotipada de los platos de mezcla. También colaboró con dos audiolibros de poesía de Ediciones La Luz, es decir, se amplían las oportunidades.
Otra zona enfoca Leonardo Milanés “DJ Milano”, de Granma radicado en La Habana, quien se vale de herramientas como artista formado en academia, para aplicar los códigos de los beats a la rumba y a la música campesina.
Conuco Music denominó su sello musical, y en esa empresa anda, haciendo valer elementos orgánicos a partir de los instrumentos que toca, como la marímbula, el tres y el bongó al representar un changüí contemporáneo.
Esta es una jornada útil, y su estímulo al estudio y a la superación artística dependerá de la voluntad de cada cual al asumir la música electrónica más allá del hobby o el capricho, como sucedía al principio.
Lo anterior nos lo confirma el productor Rafael Miranda, quien fundó el Beat 32 en el 2017, como parte de un núcleo creativo junto a Armando Fuentes “Dj Mandy”, y al realizador audiovisual Alberto Santos “Vj Sant”.
Era el evento que le faltaba al Proyecto Play, ya con peñas en la sede de la AHS, fiestas y el mérito del primer concierto de música electrónica en Camagüey, concebido para la presentación de los discos Attraction y Cero KM, de Dj Mandy y Miler Recio “Dj Miler Kmawei”, respectivamente.
Rafael, Alberto y Armando tomaron caminos diferentes, pero germinó mucho de lo que sembraron, como el Beat 32, que se ha movido por espacios diversos, como la playa Santa Lucía, Florida, El Callejón de los Milagros, el Casino Campestre y el Bar Restaurant Melange.
Como un ejercicio de autoexamen, los organizadores deberían mirar atrás porque sigue siendo un magnífico referente aquel primer concierto en el Teatro Avellaneda, en enero del 2012, un espectáculo complementado con instrumentistas, visuales, arte circense y danza.
Entonces, como recuerda Rafael, casi no sabían utilizar los softwares pero tenían ganas de hacer. Hoy, hay un mayor público entusiasta y conocedor, más instituciones abriendo puertas y compositores mejor preparados; en cambio, falta rescatar aquel afán por favorecer la cultura de la música electrónica en general, y eso trasciende el mero ejercicio de un Dj.
Por Yanetsy León González/Adelante
Foto: Alejandro Rodríguez Leiva / Adelante