Ariel Fonseca, Premio Ballagas de novela
El espirituano Ariel Fonseca Rivero mereció el Premio Nacional Emilio Ballagas 2023 por su novela Yo maté a mi madre. Parecía sospechoso que fuera el único de los tres finalistas en acudir al evento, aunque su presencia en la ciudad resulta habitual, lo mismo durante ferias del libro que en jornadas de la Asociación Hermanos Saíz.
El jurado integrado por los narradores Lorenzo Lunar (Villa Clara), Mariela Varona (Holguín) y Yoandra Santana (Camagüey) consideró excelentes las 12 propuestas recibidas, pero la decisión por el laureado fue unánime.
Como el galardón garantiza la entrada del texto al plan de la Editorial Ácana, Adelante Digital gestionó detalles con el autor: “Un joven pierde a su madre y a través de la añoranza, busca desesperadamente algo a lo que aferrarse. Lo único que le quedan son recuerdos; algunos reales, otros inventados para intentar tejer esta que deberá garantizarle la permanencia de su madre dentro de él”.
─Ganas este premio que te asegura la publicación. Aunque es un beneficio importante para un joven autor, quiero preguntarte por lo que esto representa desde lo simbólico literario. ¿Encuentras puntos de contacto o no con Emilio Ballagas (1908-1954)?
─Ganar un concurso es algo bien importante para un escritor. Fue una historia que escribí y terminé para este concurso. Es cierto que tenía ciertas aproximaciones a la historia, pero muy incipientes. Solo cuando me centré en el concurso fue que explotó. Escribo por acumulación y no por obligación, pero creerme que podía ganar este certamen, que sí garantiza que el libro salga, obligó a que la historia colapsara dentro de mí. Es un homenaje a mi madre, póstumo. Aunque siempre le dediqué lo que escribí esta historia es importante, porque sirvió para exorcizarme, sacar fuera miedos, inseguridades y la culpa que rodea cuando alguien tan cercano muere. Tengo que asegurar que la historia es ficticia, solo parte de un suceso real que es la muerte de mi madre. Aunque algunos elementos sí pasaron, en su mayoría no se desencadenan como los cuento ahí, porque es una obra literaria: una novela y no un testimonio. No soy este hombre, solo compartimos el dolor de que ambos perdimos a una madre.
“De Emilio Ballagas conozco parte de su poesía y conscientemente no creo que haya influencia en mi literatura, pero como siempre algo siempre queda de las lecturas, podría haber algo de este autor en mí, y sin embargo no sabría encontrarlo”.
─Te hemos escuchado a menudo en la ciudad, y es un privilegio acompañarte en las rutas de tu escritura. ¿De qué te cuidas como narrador y qué no temes como poeta?
─Como narrador soy más osado, no me cuido, siempre he escrito sin temerle a la palabra ni al fracaso. La narrativa la tomo como un juego y como juego al fin, se gana o se pierde, y de hacerlo, servirá como ejercicio. Aunque no creas que no me frustro, porque más allá de escritor soy una persona llena de inseguridades y certezas.
“Como poeta soy muy temeroso, cuido mis ideas, las manejo hasta la saciedad. No soy de certezas cuando escribo poesía o creo hacerlo.
“Como narrador lo único que temo es que el lector se quede impávido ante mi literatura. Como poeta, mi única audacia es intentarlo una y otra vez, sin rendirme ni cansarme”.
Yunielkis Naranjo, director del Centro del Libro entregó el Premio y anunció que en 2024, el evento Emilio Ballagas tendrá presencia internacional. Para esa edición, número XXX, ya convoca en literatura para niños con textos de entre 45 y 60 cuartillas. Fotos: Centro Provincial del Libro y la Literatura
Yunielkis Naranjo, director del Centro del Libro entregó el Premio y anunció que en 2024, el evento Emilio Ballagas tendrá presencia internacional. Para esa edición, número XXX, ya convoca en literatura para niños con textos de entre 45 y 60 cuartillas. Fotos: Centro Provincial del Libro y la Literatura
─Sancti Spíritus queda cerca de aquí, pero más allá de la cuestión geográfica, ¿qué te hace regresar a Camagüey incluso en las circunstancias más complejas?
─En Camagüey me he sentido como en casa, he encontrado o reencontrado amigos… Las personas que me han invitado, Asociación Hermanos Saíz y Centro Provincial del Libro y la Literatura han garantizado que me crea un escritor de verdad.
“Las atenciones han sido magníficas, con una amabilidad excesiva. Eso ha tenido en gran medida la culpa de que siempre quiera volver. Además de que Camagüey es una bella provincia”.
El Dúo Voces ofreció su excelencia en la clausura del evento. Dedicó un bolero al premiado.
El Dúo Voces ofreció su excelencia en la clausura del evento. Dedicó un bolero al premiado.
─Trabajas en una Casa de Cultura y recorres Cuba a través de varios eventos. De la vida social literaria en el país hoy, ¿qué reprochas y qué te llama la atención como para seguirle la pista?
─Nunca fui de ir a eventos hasta 2017 creo, que comenzaron a invitarme con más regularidad. Así que no puedo hablar de cómo eran los eventos anteriores a esa fecha. Lo que sí recuerdo es que los Juegos Florales en Ciego eran muy alegres; en Reina del Mar y en el Eliezer Lazo al que fui también se respiraba limpiamente la literatura. Después todo fue deprimiéndose, o pudriéndose.
“No reprocho nada, la vida va cambiando y la persona se interesa menos por la literatura y por la lectura de libros. La persona sí lee, post en redes sociales y comentarios. La vida está yéndose a través de la pantalla del celular, y no digo que no sea importante un celular ni las redes, pero la literatura siempre permitirá el viaje y según mi experiencia, más limpio que la tecnología, porque da cabida a la imaginación.
“Yo seguiré yendo a eventos mientras me inviten, seguiré imponiendo la literatura a través de mis historias de manera sutil, usaré para todo la osadía y la transgresión que las caracteriza, y que me caracteriza a mí también”.
Ariel Fonseca Rivero (Sancti Spíritus, 1986) ha publicado una decena de libros. En su provincia logró sacar a la luz el poemario Restos (Ediciones Luminaria, 2018) Entre sus lauros destaca el Premio Calendario de narrativa por Do not disturb (Casa Editora Abril, 2021)
Por Yanetsy León González/Adelante
Foto: Cortesía del entrevistado