Aires de Bahía: ángeles del canto y la danza
Una evidencia de que en Cuba la cultura es arma y escudo de la nación constituye el Proyecto Comunitario Aires de Bahía, una iniciativa de excelencia, una gran familia integrada por 42 niños, adolescentes y jóvenes (entre 9 y 18 años de edad), que irradia alegría a los habitantes de la norteña ciudad portuaria de Nuevitas, a unos 600 kilómetros al este de La Habana.
Está avalado por importantes reconocimientos, entre los que distingue Compañía Categoría Relevante Nacional, Destacado en el evento nacional del Centro de Intercambio y Referencia-Iniciativa Comunitaria (CIERIC) 2017, Gran Premio de la Fiesta Provincial de la Danza (2016, 2017, 2018 y 2021) y las distinciones Premio del Barrio y Por las Sendas de Agramonte.
Asesorado y dirigido por el músico Arnol Romero Simón (quien agradece su formación a las enseñanzas artísticas del Ballet Folklórico de Camagüey, el cual integró), imprimen pasión a su quehacer para conquistar corazones, y como afirman en su eslogan, llevan a todos los rincones esperanzas y diversión.
Romero Simón enfatizó que el proyecto sociocultural busca fomentar valores esenciales para la futura vida de las nuevas generaciones, inculcar el hábito de conocer y salvaguardar el patrimonio cultura; inmaterial del territorio en todas sus manifestaciones.
Sus espectáculos, colmados de coloridos, ritmos e identidad, cubren las expectativas y regalan amor a un público diverso y exigente, especialmente los niños, adolescentes y jóvenes de cuarto, quinto, sexto grados, al igual que de la Enseñanza Media y hasta 12 grados grado.
En reconocimiento a su calidad artística estos “ángeles” del canto y las danzas fueron invitados a la recién finalizada X edición del Festival Olorum, donde concurre lo más representativo de la danza folklórica y los bailes populares y tradicionales en Cuba.
Cuentan con el hermanamiento y el apoyo de las instituciones del territorio. Es un proyecto sociocultural creado el 24 de septiembre de 2010 que “sugiere que si la vida transcurriera ajena a las dinámicas que desarrolla el Movimiento de Artistas Aficionados en Nuevitas, los pueblos tendríamos o viviríamos un divorcio entre las necesidades de recreación y las estructuras que hacen cumplir la política cultural del mismo”.
Por Lázaro David Najarro Pujol/Filial UNEAC Camagüey