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jueves, noviembre 21, 2024

Agramonte: el compromiso moral con la Patria

La figura de Ignacio Agramonte Loynaz, héroe epónimo de esta provincia, fue evocada durante el evento Leer la Historia, desde los diferentes ámbitos de si vida, en especial para resaltar la ejemplaridad cívica y aquellas características que lo convirtieron en uno de los líderes fundamentales de la Guerra de los Diez Años, iniciada el 10 de octubre del 1868 con el levantamiento en la finca Demajagua, por Carlos Manuel de Céspedes.

Fernando Crespo Baró, uno de los estudiosos del líder independentista de Camagüey, destacó cómo desde su infancia “fue moldeando su carácter con la lectura de libros, que siempre guardaban alguna enseñanza moral, como los de Rousseau, Montaigne y las fábulas de Samaniego”. También expresó que en tal sentido la influencia de su padre resultó vital, además de sus estudios de la carrera de derecho, en Barcelona, España, que cambiaron su visión política al regresar a Cuba.

Acerca de la proyección de El Mayor en la Asamblea de Guáimaro, como se conoce también a ese notable camagüeyano, abundó el historiador guaimareño, Desiderio Borroto Fernández: “la urbanidad y la cortesía, eran algunos de los elementos espirituales que los compatriotas llevaban siempre como bandera. Cuando Martí nos describe la entrada de Ignacio al poblado, se infiere, de su mirada poética, que Ignacio no acudía a recibir honores, sino a marcar el camino para formar una nueva República con una nueva calidad de civismo de la que él era un elevado exponente”.

El presidente de la Unión de Historiadores de Cuba, filial provincial, Ricardo Muñoz Gutiérrez, habló de cómo Agramonte asume una nueva actitud cívica “a partir de las nuevas leyes que la Revolución exigía. Lo demostró, desde el mismo año ‘69, en momentos como las diversas órdenes militares, la creación de academias para los soldados y oficiales y la prohibición de los castigos corporales”, nombró además que defendió el derecho de expresión de las ideas de los ciudadanos y mambises, aunque se tratara de cuestionar medidas gubernamentales.

Otro punto de la jornada fue el patrimonio cultural en Camagüey. Entre leyenda e historia, donde la especialista Kezia Henry Knight, abundó sobre aquellas riquezas de la región como las construcciones que la tipifican ya sea en la etapa colonial o de la neocolonia y acotó la necesidad de “centrar más investigaciones en nuestros tesoros inmateriales, como tradiciones y costumbres típicas del territorio”. Borroto Fernández, comentó el trabajo consciente que se hace en su municipio por la preservación de la memoria histórica, en los archivos parroquiales y del pueblo, y en la conservación de las huellas del pasado que contiene el emblemático Museo de Guáimaro.

Leer la Historia continuará con propuestas como el conversatorio A 60 años de Palabras a los intelectuales: vigencia actual, desde el Café Literario La Comarca, y en ese mismo lugar se efectuará el panel La salvaguardia de la memoria histórica por las editoriales camagüeyanas: Ácana y El Lugareño, propuestas atractivas antes de cerrar sus puertas en esta, su segunda edición.

Por Yang Fernández Madruga/Adelante