Academia Vicentina de la Torre, ejemplo de educación y cultura
La formación de artistas talentosos e integrales, reconocidos en cualquier escenario o galería del mundo, resulta el principio característico que durante más de medio siglo ha defendido la Academia de las Artes Vicentina de la Torre, un ejemplo de simbiosis eficaz entre la educación y la cultura en esta ciudad de Camagüey.
Con 55 años de trayectoria docente y un notable historial de egresados, el centro acoge en la actualidad a 244 alumnos de Ciego de Ávila, Guantánamo, Santiago de Cuba, Holguín y de esta provincia en las especialidades de ballet nivel elemental y medio, artes visuales, actuación e instructores de arte de plástica y teatro.
Hablamos de una institución que ha cambiado extraordinariamente a lo largo de las décadas, y cuya raíz radica en la pequeña escuela de ballet creada por Vicentina de la Torre, allá por 1961, explicó María Eugenia Reyes Dupuy, una de las fundadoras del referido plantel.
Luego, en 1967, el Consejo Nacional de Cultura transformó una de las alas del Museo Provincial de Camagüey en lo que es hoy la academia, para dotar de una estructura propia a la enseñanza artística en el territorio y fomentar la pasión de jóvenes talentosos, quienes sin importar su nivel adquisitivo podían acceder a dicha opción.
A nivel de política, ello no debe considerarse un hecho inexorable, pues a diferencia de escuelas foráneas con características similares, esta modalidad es gratuita en Cuba, con un sólido sistema de captaciones y la posibilidad de perseguir carreras profesorales en el arte, aseveró Reyes Dupuy, haciendo alusión a sus cuatro años como instructora de ballet en Italia.
Al respecto, Acela Piña Montoya, jefa del departamento de la carrera de ballet en la entidad, agregó que el centro cuenta con un prestigioso claustro pedagógico, donde conviven formadores de innegable experiencia junto a maestros jóvenes e impetuosos.
Constantemente preparamos alumnos para que continúen el camino de la docencia, en aras de asegurar un relevo capacitado y con dominio de las metodologías educativas y de la investigación, refirió la antigua bailarina del Ballet de Camagüey.
En ese sentido, también juega un papel trascendental la incorporación de la carrera de instructores de arte en el curso 2022-2023, una variante antaño impartida en la Escuela Pedagógica Nicolás Guillén Batista.
Gretel González Martínez, jefa de grado de la especialidad, expresó que constituye un interés del país la reactivación del movimiento de artistas aficionados en las casas de cultura, comunidades y escuelas, razón por la cual se retoman esas disciplinas en un departamento más de la academia.
El objetivo es promover en los estudiantes varias líneas laborales, enfocadas sobre todo en el trabajo con diferentes grupos etarios, los talleres de formación y la posibilidad de mantener, simultáneamente, una carrera artística propia, significó.
Este entramado pedagógico repercute de forma directa en los educandos de la institución, quienes como Sailet Álvarez Bravo, alumna de segundo año de actuación, recomienda a aquellos interesados en el arte optar por la Vicentina de la Torre, ya que sus profesores son capaces de extraer la mejor versión de cada creador e intérprete.
Dentro de la demarcación agramontina la emblemática academia, la Escuela Vocacional de Arte Luis Casas Romero, el Conservatorio de Música José White y la filial lugareña del Instituto Superior de las Artes conforman la estructura de una enseñanza artística versátil y rigurosa que, gracias al apoyo de la Revolución cubana, resulta única e incomparable a nivel mundial.
Texto y foto: ACN