Carsueños presenta muñeca típica cubana
Carmen Soto llama la atención con una muñeca de trapo en medio de la Semana de la Cultura Camagüeyana, aunque a diferencia de las dos veces anteriores en que aspiró a un récord Guinness para Cuba, ya no va a las grandes proporciones sino a lo profundo de la identidad para presentar un modelo típico.
Nombró María del Carmen la muñeca de dos metros con que su proyecto comunitario de manualidades tradicionales Carsueños celebra el aniversario 510 de la fundación de la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe.
Diseñada como su versión de niña rubia con trenzas, bata y pamela María del Carmen sostiene otra muñeca, llamada Amary, con el mismo estilo de vestimenta, aunque sin cesta ni sombrilla, y con la principal diferencia marcada por la tela negra en el atributo de la piel como guiño a un juguete africano.
“La muñeca reversible no es la muñeca cubana, porque eso no tiene sentido ni responde a los intereses de los niños. ¡Ah!, si me hablan de una muñeca para la religiosidad, yo me callo, pero para la sicología de los niños esa no responde en nada. Nuestra muñeca puede llegar muy lejos”, explicó.
En 2019, para el aniversario 505, ganó la admiración popular al atreverse a confeccionar a María Parchitos, de 30 metros de alto. Así superaba su propio récord del 2010 con Leonor, la muñeca negra de alrededor de 22 metros. Ambas fueron exhibidas en la Plaza de los Trabajadores.
“Tenemos la investigación completa de la muñequería cubana y sobre todas las cosas, de la muñeca camagüeyana. La muñeca camagüeyana tiene que ser de lujo, pero lujo no por lo que lleve puesto, sino por ser dulce, amorosa para los niños. Lleva pamela. Es sencilla. Ofrecemos los moldes en Carsueños a la persona que quiera hacer la muñeca colonial. Vamos a lograr el reconocimiento a nuestra propia muñeca. Eso no lo tenemos acá”, aseguró.
La Premio Nacional de Cultura Comunitaria 2014 anda con María del Carmen por espacios de la ciudad. Se les vio en el renovado parque Coppelia y luego en el Complejo Audiovisual Nuevo Mundo, con el pretexto de la premier del documental Puntadas de sueños, dedicado a los 20 años de Carsueños.
“Carsueños lo podemos comparar con dos palabras: amor y familia. Todo lo que se hace allí se hace con tremendo amor y en una familia”, expresó la protagonista poco antes de pasar a la proyección.
Bajo la sombrilla de Lizneydi Martí con la productora Camagüebax y el financiamiento de la Dirección Municipal de Cultura en Camagüey, este audiovisual fue guiado por la productora Liany Hernández y significó la primera vez para dos jóvenes: Lázaro Ernesto Torres asumió guion, dirección y montaje; y Alejandro Rodríguez se estrenó como director de fotografía.
Puntadas de sueños es un documental expositivo con varios entrevistados que destacan la transformación positiva de su vida a partir de la inclusión en el proyecto. El relato fluye con un montaje narrativo lineal. La puesta en escena hace avanzar la historia desde uno de los rostros visibles o líneas de Carsueños: la confección de muñecos terapéuticos para donaciones.
Radica en la propia casa de su fundadora, en la calle San Isidro número 8. Allí está el taller y también dispone de una suerte de museo con objetos representativos de la muñequería latinoamericana, que expuso en la ciudad francesa de Toulouse en el año 2017; y de otras regiones del mundo.
Carsueños ha superado obstáculos complejos, porque pasó desde no tener sede hasta conseguir un inmueble sin las condiciones adecuadas para la conservación del patrimonio acrecentado. También ha pasado por la falta de materiales y ha afrontado el dolor de ver perder por deterioro y desidia el esfuerzo descomunal del equipo de muñequeros y colaboradores. Eso significó el triste final de la muñeca gigante María Parchitos en un pabellón del Recinto Ferial.
No obstante, por no ser aquella crítica el objetivo de Puntadas de sueños, este documental plantea como conflicto simbólico el tiempo en función de alistar un conjunto de muñecos para regalar en dos hogares de niños sin amparo familiar. Queda como sugerencia la falta de materiales ideales, aunque eso nunca detiene el trabajo porque ante cada carencia gestionan la alternativa.
En Nuevo Mundo y en vivo, Carmen Soto anunció otra meta, en esta ocasión para un hogar donde están a tiempo completo personas con discapacidad intelectual severa y profunda, de las provincias de Camagüey y Ciego de Ávila: “Voy a comenzar un trabajo fuerte con el Centro Médico Sicopedagógico Henry Reeve, porque queremos darle terapias con los muñecos. También los muñecos son terapéuticos”.
Carmen Soto emprendió su trabajo cultural comunitario en el año 1995, pero fue en 1997 cuando creó el proyecto Carsueños, merecedor del Premio Memoria Viva 2016 en la categoría de proyección artística. El Ministerio de Cultura entrega este reconocimiento a través del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello.
La entrañable promotora concluyó: “Hay quien me dice que yo soy un papalote, pero les encanta volar a través de ese papalote. Carsueños no va a parar. Carsueños sigue soñando”.
Por Yanetsy León González/Adelante
Foto: Alejandro Rodríguez Rodríguez/ Adelante