Sábado del Libro con De dos pingüé y otros delitos comunes
Novela insólita, burlona, apócrifa, pudieran ser las denominaciones para el texto de Lorenzo Lunar, De dos pingüé y otros delitos comunes (editorial Ácana, 2015), previsto en el Sábado del Libro, e imprescindible para la literatura cubana actual, en especial, en el marco del género policiaco.
Las contingencias que viven los personajes de la obra, manifestadas en distintas direcciones procesales y psicosociales, mediante recursos narrativos novedosos utilizados por el autor con maestría, y una carga de emoción genuina, hacen que este texto trascienda más allá del ámbito narratológico propiamente dicho. Por ello, Lorenzo Lunar se muestra a sus anchas en esa madeja de complejidades, de desafíos, de una suerte de desintegración de los personajes ante la vida diaria para abrirle al lector la posibilidad de reinterpretar esa realidad otra plasmada en las páginas de la novela, con campos de acción oblicuos, y que refractan así al ser humano desde una concepción individual y muy particular para tratar de comprenderlos.
No es, pues, una obra que enseña mediante la ética conductual, y ahí radica su relevancia, sino mediante un complicado entramado de sucesos, de posturas de individuos con pensamientos propios, lenguajes y acciones que buscan su verdad, su despliegue continúo en otro entorno social. Nos parece, entonces, que todo ese soporte utilizado por el escritor para recrear la historia contada, el ambiente en que la sitúa y las ideas para enriquecer lo escrito, supuestamente como algo normal y corriente, le brinda la posibilidad a su creador, para que emerjan de sus pensamientos unas concepciones de vida enmarañadas, pero muy bien explicitadas, y para lo cual es preciso que el lector que se acerque a esta obra, las tenga presente y las analice sin recato, y con un sentido nada onírico en cuanto a lo leído. Disfruten esta obra escrita por un autor villareño, que se ha insertado con pie firme en el mundo literario cubano para enaltecerlo y acercarnos a nuestra realidad actual.
Por Jorge Santos Caballero, Escritor