Camagüey rinde justo homenaje al músico Adalberto Álvarez
Camagüey- La muerte de Adalberto Álvarez es una verdad a medias. Tiene de cierto el cuerpo exánime este primero de septiembre por complicaciones derivadas de la COVID-19. Sin embargo, para un país entero, desde el más humilde bailador hasta el presidente anda como presencia en la música, en particular, en el son.
Por la estatura creativa y la humildad, pensó y obró para alegrar al público, insistió en devolverle espacios amplios donde pudiera moverse e interactuar con la orquesta. Luchó y ganó la vindicación de su género predilecto con fecha fija, porque desde este año el 8 de mayo se celebra el Día del Son Cubano.
Aunque naciera en La Habana, siempre habló con orgullo del arraigo por Camagüey. Comenzó como ejecutante de la paila en 1957. Su talento encontró el primer cauce al abrigo paterno. El poco tiempo era el arreglista y el director del conjunto Avance Juvenil de su padre, Enrique “Nené” Álvarez.
Recibió por segundo nombre Cecilio por nacer el 22 de noviembre, día de Santa Cecilia, la patrona de los músicos. Estudió en la Escuela Nacional de Arte (ENA) desde 1966 hasta 1972. Luego impartió Literatura Musical en la Escuela Provincial de Arte de Camagüey desde 1973 hasta 1978.
Volvió siempre a esta ciudad cuando tuvo agrupaciones propias, exitosas, populares. Primero, con el grupo Son 14, que fundó en 1978, a propuesta del compositor santiaguero Rodulfo Vaillant. Luego, con Adalberto Álvarez y su Son, con la que debutó el 25 de febrero de 1984 en Santiago de las Vegas. Mereció el Premio Nacional de la Música en el 2008.
Camagüey estaba permanente en sus proyectos. Tuvo buenas acciones para todos, como aquella interacción con niños y familiares en el Centro Provincial de Equinoterapia Jardín de Sueños en el año 2010, y en otro momento, en los servicios de onco-hematología del Hospital Pediátrico Eduardo Agramonte Piña.
Aquí tuvo el apoyo de las autoridades para hacer realidad la ocurrencia de una Fiesta del Tinajón. A finales del 2007, se hizo la primera edición de un megaevento concebido para el encuentro del pueblo con sus artistas, para “que la cultura de esta provincia se parezca a su gente”.
En la vida plena, Adalberto Álvarez fue mimado en esta ciudad, y fue sincero en su agradecimiento por eso. De hecho, permitió que en 2016 la Casa de la Trova Patricio Ballagas, uno de sus lugares entrañables, dedicara en su nombre La Esquinita del Caballero. Para la ceremonia, el barman Roberto Cabrera presentó el coctel El Caballero, con licor de coco, jugo de piña, ron Havana Club en sus modalidades tres años y añejo especial, y cubos de hielo.
Con certeza, Camagüey seguirá correspondiendo el afecto de Adalberto Álvarez, quien nos sigue hablando como en la videollamada a la emisión del 6 de mayo del programa Mi Camagüey Streaming en Facebook:
“Quiero manifestar el gran orgullo que siento cada día más de ser camagüeyano, y el orgullo de todo lo que ustedes han logrado hacer en apoyo a esta campaña por el Día del Son Cubano.
“Camagüey se ha lucido de una manera que es para sentirse orgulloso de verdad. Se ha trabajado mucho en todas las provincias, es cierto, aquí (en La Habana) se está trabajando duro todavía, pensando ya en las cosas que se van a hacer en un futuro, pero puedo decirles que lo de Camagüey es punto y aparte, por la unión de todas las personas que se han involucrado.
Por Yanetsy León González/Adelante