Libro sobre la Escuela Provincial de Artes Plásticas de Camagüey
Una escuela es una fragua de espíritus; ¡ay de los pueblos sin escuelas! ¡ay de los espíritus sin temple!
José Martí
Sumergirse en las páginas del libro Entre esperanzas y desventuras: la Escuela Provincial de Artes Plásticas José Martí, de Camagüey (1952-1962) del ensayista, periodista y curador de exposiciones de artes plásticas, Jorge Santos Caballero, que acaba de ver la luz a fines del 2020 por la Editorial Ácana en su colección Suma y Reflejo, es como andar el trayecto de Dantes guiado por Virgilio hasta que éste bebe las aguas del Lete. Justo antes de dar la vuelta a la última página de este ensayo, ocurre lo que a Dantes después de beber aquellas aguas mágicas, se siente estar parado frente a la esperanza y se arrinconan las desventuras.
En setenta y nueve páginas y un enjundioso anexo que recoge documentos originales y fotografías de algunos momentos del desenvolvimiento académico y artístico de la Escuela Provincial de Artes Plásticas José Martí, se logra apreciar la inserción de esta academia artística en las coordenadas culturales del Camagüey de los años cincuenta del siglo pasado, que coadyuvó a redondear un ambiente renovador donde un grupo literario como Los Nuevos tutelados por el poeta Rolando Escardó, o la Academia de Ballet, que luego surgió, mostraban los aires que se filtraban en la región camagüeyana.
La estructura capitular tiene una progresión aritmética que inicia después de lo que el autor denomina Una introducción necesaria, que funciona a manera de proemio donde logra ubicar al lector en el contexto camagüeyano y nacional en el que se funda y echa a andar la Escuela Provincial de Artes Plásticas José Martí de Camagüey en 1952; en los capítulos Uno, Dos y Tres, se analizan con sustento documental, fuente orales o vivencias muy cercanas al autor, la historia no siempre lineal y feliz de la institución, que funcionó como impulsora del desarrollo posterior que las artes plásticas alcanzaron en Camagüey con extensiones luminosas hasta la actualidad, pasan por sus páginas nombres como los Jorge Arche, Eugenio Rodríguez, Mario Carreño, Graziella Pogolotti, Martha Arjona, Manolo Couceiro, el Dr. Adolfo Meruelo Torriente, entre otros; o los tres primeros egresados de la escuela, como Minerva Miralles Rivero, Rinaldo Miranda Villadamigo y Jorge Santos Díaz, este último luego conocido como El Pintor de la Ciudad.
En el capítulo Cuatro, Santos Caballero desentraña un episodio algo sombrío en el que se trató de inmiscuir a la escuela, pero del que salió airosa, y en el texto esta examinado con un perfil policial interesante y esclarecedor.
El libro como objeto tiene una excelente factura a cargo de Luis Omar Álvarez Díaz, además del diseño interior y composición de Manuel Montejo y una edición cuidadosa de Martha Hurtado, que añaden valores a los del propio texto ensayístico de Jorge Santos Caballero.
Por Desiderio Borroto Fernández/ colaborador (historiador y crítico)
Imagen: Cortesía de Ácana