Ana Betancourt de Mora
Ana Betancourt de Mora nació en Camagüey, el 14 de diciembre de 1832. A los veintidós años se casó con el joven principeño Ignacio Mora y de la Pera, quien fue, según sus propias palabras, su maestro y su mejor amigo.El 4 de diciembre de 1868 se internó en la manigua rebelde, cambiando la serenidad de su hogar por los martirios de la guerra.
El 14 de abril de 1969 su voz se dejó escuchar en Guáimaro, sede de la Asamblea Constituyente para decir: «Ciudadanos: la mujer, en el rincón oscuro y tranquilo del hogar, esperaba paciente y resignada esta hora hermosa en que una revolución nueva rompe su yugo y le desata las alas».
Y, agregó: «Ciudadanos: aquí todo era esclavo; la cuna, el color y el sexo. Vosotros queréis destruir la esclavitud de la cuna peleando hasta morir. Habéis destruido la esclavitud del color emancipando al siervo. ¡Legó el momento de libertar a la mujer!».
En 1871 es sorprendida con su esposo, y, por una estratagema suya, Ignacio logra escapar, pero ella cae en poder del enemigo. Conminada a que le escribiera pidiéndole la rendición, contestó: «prefiero ser la viuda de un hombre de honor a ser la esposa de un hombre sin dignidad y mancillado».
Logra evadirse después de sufrir innumerables atropellos y privaciones que no le hicieron bajar la cabeza; es deportada a México, y luego se dirige a Nueva York. Regresa a Cuba con la Paz del Zanjón.
Vivió en Kingston, en el Salvador, y en España. Menos en el último país, en los demás se ganó el sustento como maestra o como obrera, siempre preocupada por la libertad de Cuba. En España se dedicó a transcribir el diario de campaña de su esposo, mientras mantuvo una activa correspondencia con Gonzalo de Quesada y otros patriotas cubanos. Convirtió la casa de su hermana en un foco de actividad revolucionaria.
Enfrascada en los preparativos para el retorno a Cuba, Ana Betancourt de Mora muere el 7 de febrero de 1901.
Tomado de Internet.